martes, 19 de julio de 2011

Deformidades nocturnas

Continuidad, sobre valoración del progreso. Los resultados de la abundancia parecen dibujarse... Mi fracaso constituye haber olvidado para donde iría y por qué. 


Hace días logré ver un poco de un documental en la televisión, trataba (por lo menos la parte que pude ver) sobre las contradicciones que producía el exceso de confort en un país como Japón. Hablaban que en países como ese, todo el año hay flores, que no era raro salir a comprar unas hermosas flores a un supermercado en invierno, nada había de sorprendente, incluso en mi país es común, los invernaderos hacen semejante hazaña y nada parece ser malo, es un producto "natural" y de una belleza formidable... eso parece ser un bonito cuadro de progreso... lo que se cuestionaba entonces era averiguar si el dulce detalle de regalar unas hermosas flores en diciembre no tenía un rostro oscuro. 
Pues si, sí lo tiene y no es nada bello, todo indica (las imágenes estaban frente a mi) que en un país africano se cultivaban gran parte de esas hermosas flores, gigantescos invernaderos a un costado de un lago, que antes era cristalino según lugareños, de abundante pesca. Ahora verdoso, disminuyendo, y en todo hay pequeñas aristas que hacen el criterio complejo, por un lado, estos invernaderos hacen posible la obtención de flores por todo el año, ofrecen trabajo a muchas personas y si pensamos que el país cuenta con pocas oportunidades laborales, ser empleado de esté lugar significa un ingreso fijo por lo menos; y sin embargo toda esa linda imagen contrasta con la catástrofe ecológica en la que se mantiene el lago en constante disminución, contaminado y saqueado por bombas, además de los peligros que corren todos los trabajadores expuestos a fertilizantes. Todo esto, para poder tener todos los días del año un hermoso ramo de flores. 
Contradictorio, sí, absurdo, no siempre, es sólo un ejemplo sin duda, pero ahora que lo pensaba alguna vez leí si mal no recuerdo en Judith Butler, las mujeres para ser "libres e independientes" poder "salir de la dinámica del hogar únicamente" lograron hacerlo sólo en la medida en que otras mujeres cuidaban a sus hijos, es decir, para quienes la libertad económica primordialmente, aunque no solamente es no un sueño sino un derecho, para otros, no los lejanos habitantes de un país africano trabajando por salarios irrisorios, sino aquellas mujeres que saludan antes de irse al trabajo y las que las sustituyen en la casa no es sino un "derecho" relativo. No estoy aquí juzgando, sino reflexionando las múltiples contradicciones que la dinámica social actual lleva acabo. A veces disfrazada de un fabuloso progreso en pro de las mujeres, otras, es sólo un gesto a penas perceptible en la compra semanal, y en otros casos ni lo imaginamos. ¿Responsables, víctimas?

jueves, 14 de julio de 2011

Niebla, Unamuno

Hace varios meses me recomendaron está obra, la adquirí, pero como suele pasar, tengo tantos libros en espera; algunos los comienzo, pero no ven el día en que los pueda terminar. En ocasiones vuelvo a ellos y terminan por encantarme como la primera vez no lo hicieron. Es una forma fantástica, una expresión del azar, las formas y el animo, todo un conjuro de increíbles coincidencia, de injustas aficiones y de ideas entrecruzadas; resultan en el ensueño que atrapa al lector, que se deja devorar por las palabras que le escriben, como Blanchot lo describiría perfectamente. 
Aquí un par de citas, un indicio, para que ustedes se dejen devorar por el texto si así lo prefieren. Visitar un abismo y tocar la niebla sin mirar, sólo sentir.

-¿Ves? Ya te vas curando: ya empiezas a devorarte. Lo prueba está pregunta- ¡Ser o no ser!..., que dijo Hamlet, uno de los que inventaron a Shakespeare.


Dios, cuando no sabe que hacer con nosotros, nos mata.