-¿Cuánto traes? - preguntó.
-Sólo doscientos pesos -dijo él, apenado-; es todo lo que tengo-. Y ella:
-No te preocupes, eso es todo lo que valgo. Estás de suerte, ¿qué signo eres?...
No tengo ambiciones ni deseos. Ser poeta no es una ambición mía, es mi manera de estar solo. Pessoa