viernes, 16 de mayo de 2008

Sr. Mandril


No puede uno creerse libre, cuando se encuentra siempre consigo, ante el mismo. Esa identidad, a un tiempo fatalidad y obsesión, nos encadena a nuestras taras, nos arrastra hacia atrás y nos arroja fuera de lo nuevo, fuera del tiempo. Y, cuando nos vemos rechazados, recordamos el provenir, dejamos de correr hacia él. Por seguros que estemos de no ser libres, hay certidumbres a las que nos resignamos con dificultad...

E. M. Cioran, La caída en el tiempo.




Superando toda expectativa el Sr Mandril realizo una ejecución sobresaliente, buena propuesta, buena música, seguiré con mis reservas a dar una clara crítica sobre este tema, pero es un hecho que esta noche no me arrepiento de haber asistido a la presentación.

Por otra parte, es ya de por sí un problema preguntarse por el ¿quien soy?, pero es mucho más complicado intentar un respuesta, hoy opte por contarme quien soy, por suerte alguien me escuchaba, es una experiencia extraña, pero sin duda deja la sensación de ligereza, y eso lo agradecí todo el día. Está practica parece ser, será recurrente dada mi condición, era hora de buscar ayuda. Y al muy estilo de Ricoeur cito;

En este sentido, la identidad narrativa se hace y se deshace continuamente, y la cuestión de confianza que Jesús plantea a sus discípulos -¿quién decís que soy yo?-, cada uno se la puede plantear a propósito de sí mismo, con lo misma perplejidad que los discípulos interrogados por Jesús. La identidad narrativa se convierte así en el título de un problema, así como el de una solución. Una investigación sistemática sobre la autobiografía y el autorretrato verificaría, sin duda alguna, esta inestabilidad de principio de identidad narrativa.

Tiempo y Narración, pp. 1000

jueves, 15 de mayo de 2008

RECUENTO MUSICAL





Bajas de ti mismo por la escalera del fatal despertar hasta la Ciudad colmada de brisas sonoras y de alusiones de muerte. Y te preguntas sin ningún recato:<< ¿Dónde me ahogaré? ¿En el Sena o en la Música?>>
E. M. Cioran


Atendiendo a la vieja recomendación de un comentario, me he animado, a hablar de música, no soy nada buena en ese tema, pero en ultimas fechas he tenido oportunidad de asistir a varios conciertos y recitales de distintos géneros, y me ha parecido un quehacer inagotable, con tantas expresiones intensamente variables, uno de los primeros fue el que se llevo a cabo en la sala Nezahualcóyotl del centro cultural, en honor a Stockhausen, sin duda un gran concierto, otro fue la clausura del festival de la cuidad de México, presentándose Goran Gregovic, sin vacilación el mejor de todos, no podía pedir más, fue una gran tarde musical y la lluvia una inoportuna compañera. Por otro lado para mi cumpleaños asistí al concierto del pianista italiano Alessandro Cesaro, fue una linda forma de celebrar.

Esté fin de semana será de variados eventos, gracias a que gane boletos para el Sr Mandril, espero valga la pena, (yo nunca me había ganado nada), también pretendo ir al Ciclo de : Jazz, Tangos y ritmos Latinoamericanos en el Centro Cultural Universitario, a la clausura del festival Ollin Kan y al concierto del Cuarteto Vogler, que parece prometer mucho, de esta manera procuro ir acercándome a ese tipo de música, de la que no acostumbro escuchar, pero que sin duda me ha agradado mucho. Una exploración bastante variada, para conocer y explorar. Para lograr el estado de libertad y satisfacción, las ganas de reconfortarse en el aire que no para de sonar.

jueves, 8 de mayo de 2008

Hoy escuche

Tunick, Civilización y Barbarie

“Coloquen los cadáveres en posición correcta, en posición fetal”… lo escuche en alguna estación radiofónica.

Pensé en lo que de mañana, en la soledad del cuarto que habito, había venido a mi mente, 22 años después y no sé quien soy, y no me preocupa tanto como supuse que me preocuparía, y no soy la clase de persona que supuse a los 5 años, seria. Pero hace rato al escuchar esa frase de una voz que me molesta, de un locutor que podría ser mi “gusto prohibido”, no debería oírlo. Llego una idea nada clara, la contradicción de poner a los cadáveres en posición fetal, como si importara, como si renacieran, como si estuvieran a punto de salir a la vida. Pero nadie renace, ni siquiera Jesús…

jueves, 1 de mayo de 2008

Soñé con Vaginas

Espejismos, 1990, Manuel Alvarez Bravo

La anestesia parece seguir recorriendo mis venas, la cabeza como en un sueño vuela misteriosamente sobre mi cuerpo, a instantes se incorpora otra vez en mi, y no soporto llevarla acuestas. Una sensación de ausencia permanece de pie mientras intento vestirme, he recordado el sueño, la textura, el color rosado (que raro, no recuerdo el olor), todo era inverosímil, sutil forma de engaño.
Camino hacia el espejo, veo mi reflejo en el, me toco para saber si no sueño; no importa todo parece pasado, panquecillos con chispas de chocolate remojadas en leche. Recuerdo que tengo hambre o que pensé que tenía hambre, me muevo, siento como el peso de mis extremidades me reclaman despertar, ser más ágil, menos torpe al desplazarme. Toco con pereza el piso frío, las desventajas del azulejo. Es entonces que me doy cuenta de ese sueño, sobrepuesto con el sueño mismo de la vigilia, que parece haber sido el mismo.
Pienso en no pensar más en ello, en aceptar la magia, la fantasía ofrecida.
Vaya despertar… sigo pensando en aquella vagina, lúdica irrealidad que emana de sí. Mera resaca del sueño, en el que me mantengo.