jueves, 1 de mayo de 2008

Soñé con Vaginas

Espejismos, 1990, Manuel Alvarez Bravo

La anestesia parece seguir recorriendo mis venas, la cabeza como en un sueño vuela misteriosamente sobre mi cuerpo, a instantes se incorpora otra vez en mi, y no soporto llevarla acuestas. Una sensación de ausencia permanece de pie mientras intento vestirme, he recordado el sueño, la textura, el color rosado (que raro, no recuerdo el olor), todo era inverosímil, sutil forma de engaño.
Camino hacia el espejo, veo mi reflejo en el, me toco para saber si no sueño; no importa todo parece pasado, panquecillos con chispas de chocolate remojadas en leche. Recuerdo que tengo hambre o que pensé que tenía hambre, me muevo, siento como el peso de mis extremidades me reclaman despertar, ser más ágil, menos torpe al desplazarme. Toco con pereza el piso frío, las desventajas del azulejo. Es entonces que me doy cuenta de ese sueño, sobrepuesto con el sueño mismo de la vigilia, que parece haber sido el mismo.
Pienso en no pensar más en ello, en aceptar la magia, la fantasía ofrecida.
Vaya despertar… sigo pensando en aquella vagina, lúdica irrealidad que emana de sí. Mera resaca del sueño, en el que me mantengo.

No hay comentarios: