viernes, 26 de septiembre de 2008

Disertación

De pronto, a pesar de todos los pesares, parecía que iba a ser una noche de puta madre.

Charles Bukowski, Música de cañerías.


Un espacio en Blanco sólo es reconocido por una conciencia, el espacio en sí, no podría decirse blanco, a menos que "una conciencia" lo pronunciara, parece muy hegeliano el asunto, pero si pensamos que todo esta pseudo- reflexión, no es más que un pretexto para hablar de esa soledad que, como el espacio en blanco que no puede ser reconocida, hasta que la conciencia realiza dicho trabajo, es decir mi soledad no es entonces soledad, o por lo menos no se sabe soledad si "yo" no lo reconosco como eso.

Es cierto, que vivir negando es viable, no en el sentido positivo, ni negativo, sino efectivo, negar dolores y ausencias, pasa, sucede y se da continuamente.

Si esto es así, si logramos engañarnos incluso a nosotros al elegir cerrar los ojos y no mirar, no reconocer, ¿podremos librar ese espacio en blanco, librarnos de tal manera que no desaparezca, sino que logremos olvidarlo?,¿en verdad olvidamos a voluntad?, ¿suprimimos recuerdos y si lo hacemos de qué manera ? Habrá que hacer incluso acotaciones más precisas, como hacernos esas preguntas, no con espacios en blanco, ni recuerdos o momentos cotidianos, habrá que hacernos, (porque a mi me placee hacerlo), esas mismas preguntas pero desde lo que yo entiendo como pulsiones, como fuerzas que emanan en los hombres.

En particular en la soledad, un fuerza con la que me he familiarizado, "olvidado", suprimido, gozado, pero de la que aun no logro acostumbrarme.

Al final, ¿cómo lidiar con eso?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

no compares Bokowski con un drama tan Emo.
Bokowski

Leo dijo...

Se escribe Bukowski, por cierto, qué es un drama "Emo"? Te invito hacer críticas más constructivas, y sino puedes y te molesta la manera en que "comparo" (cosa que no intente hacer en ningun momento)estas invitado a no leer este blog, Gracias.

Leo dijo...

Joselo, muchas gracias por leerme, la verdad no creo que nadie quiera parecerse a Bukowski,(siempre hay alguno, pese a todo) pero tampoco podemos, no reconocernos en sus palabras, en cierta medida, en ciertos momentos.