miércoles, 9 de septiembre de 2015

SECOND BASE, frenesí.

Pienso en el frenesí, en tu respiración acelerada, el ruido que despegaba en tu cremallera y subía hasta mis oídos. Recuerdo tus ojos cerrados, el tacto de tus manos merodeando mi cuerpo. La luz del tablero que olvide apagar, mi propia respiración alocada, las ansias de aspirar vida en cada beso. Aún mantengo la piel erizada, y el temblor tenue del cuerpo, cuando sin cerrar los ojos te veo, a ti, en la sombra entregado al deseo. Nuestro arrebato fue vertiginoso, nunca supimos cuánto tardó aquello, por fortuna no mencionamos los te amo, ni los te quiero, en cambio repetimos los gemidos hasta convertirlos en música de fondo. 
Era una travesura, un impulso. Dos desconocidos que se tocan de aquella forma deben estar destinados a colmar su deseo. Tu cuerpo es viejo para mi, te habría encontrado, porque algo en ellos, nuestros cuerpos, se comunica.
Si el deseo lo abarca todo cuando estamos cerca, olvidamos los nombres, nada en ti me es ajeno si es sobre tu piel. La mente parece ausente, no importa lo que callas, debes tener mil secretos, ¿cuantas mentiras no me has dicho ya? Te esfuerzas poco, sabes que no escucho, sólo me concentro en tus labios, en las manos que me acarician, en el ritmo en el que tocas mis piernas, el orgullo de años atrás.

Te veo de perfil, al fin la inmensidad de acorta, al fin veo la escena, todo recobra dimensión, he dejado de escucharte respirar, nos repelemos por vez primera, nos separamos. Me pregunto, ¿quién eres?, creo que en tu rostro se ha instalado la misma interrogación. Ninguno fórmula aquellas dudas, quizá me lo cuentes mientras acomodas tu cabello, quizá lo menciones cuando me acaricies despidiéndote. Quizá podamos sentir algo, cuando nos reímos sobre la escena en la que nos encontramos.

No hay comentarios: