viernes, 15 de enero de 2010

Recuento inequívoco..


I felt a funeral in my brain
(Sentí un funeral en mi cerebro)
Emily Dickinson


De noche los pensamientos fluyen con la apacibilidad de notas.
Son días difíciles de pronunciar, pasan por el cuerpo fragmentados; por la emoción de cada mirada, de letargo involuntario y pleno. Miro la televisión tanta imágenes. Me abruma mi propia angustia; la olvido, la ignoro, me la trago.
Resuena el viento con clamor, me meto debajo de las colchas, de bajo de la memoria, se descubre una pelea incesante entre del olvido y la permanencia. Leo en silencio a ese joven personaje del que nos habla Borges, Funes el memorioso, releo las ciudades de Italo Calvino que he olvidado.
Por la tarde:
Huyo de hombres con rostros oscuros … el cuerpo padece el tiempo, se me han resecado los labios y los ojos. Las alegrías se presentan borrosas, surge una risa plena, ruidosa y necia. La disfruto hasta que se apaga, de reojo veo a un niño aprisionar un pequeño coche entre su manos, me ve con esos ojos tan grandes, tan luminosos que me apenan los míos. Es enorme, ese niño es tan grande cuando mira, sus labios siguen húmedos y sus manos limpias. Envuelto entre bufanda y una chamarra me ha invadido. Le he sonreído pese a mi distancia, él responde; sus dientes son diminutos, preciosos. He querido abrazarlo, besarlo, me ha provocado una alegría intempestiva.

Es de mañana, han tocado a mi puerta, suena a una urgencia que puede esperar. Desde dentro sólo escucho el roce de mi cuerpo y la almohada. El baño me espera frío y la tubería se ha encargado de despertarme con un chorro helado. Camino entre hombres y mujeres apurados, subo a la misma ruta que conozco, camino por inercia, coloco el boleto para subir ha un transporte poco más decoroso que un camión para ganado. Cruzo la calle, un aparador, un libro que olvide comprar y que parece que tengo suerte, lo veo, dudo, lo olvido. No es mal día es sólo el tiempo que transcurre y que no se agota, la que se detiene soy yo, son mis manos que se tambalean aun ritmo deforme. La narración transcurre hasta que oscurece y comprendo que he olvidado un día. El viento logró limpiar el cielo, lo veo de… madrugada… y sigo soñando.

4 comentarios:

Lalo dijo...

Aquí -como en Facebook- debería existir ese maravilloso marcador “me gusta” que ocasionalmente se usa cuando no hay nada más que decir sino sólo mostrar el gusto por lo que se lee, porque… qué más se puede decir cuando ya lo has dicho todo.
Saludos.

Leo dijo...

Gracias Lalo por el comentario, es bueno saber que aun me lees. Saludos y nos estamos viendo!!!!

Leo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
cam dijo...

Que delicia este escrito....