He de aceptar que Liliana Felipe tiene poca voz, pero la fuerza de la interpretación, la ironía que imprime, la sencillez; el juego de la seriedad y el de la burla, han hecho que adore está canción. Entre el peso y la levedad...
A veces es bueno querer irse, preferir no hacerlo, forzar los órganos hasta verlos colapsar. Perder no debe ser tan malo y si lo es, quizá sea inevitable. Hasta la contemplación para en algún momento, ¿o no?
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