jueves, 9 de septiembre de 2010

Tacones... lejanos

Lo que exigen los moralistas a una fotografía es algo que ninguna puede hacer jamás: hablar. La voz ausente es el pie y se espera que diga la verdad. Pero aun un pie absolutamente preciso es sólo una interpretación, necesariamente limitada, de la fotografía que acompaña.
Susan Sontag, Sobre la fotografía

La anterior imagen, que, literalmente -robé- de una pagina de fotógrafos españoles, despierta un atractivo difícil de explicar o de formular coherentemente. Así me gustan las fotografías, sugerentes, en especial las que sugieren decadencia, ahí donde se puede completar la historia, una narración que surge apenas visible. ¿Quién habita esos tacones?, ¿hombre, mujer?, ¿cuál será su rostro, vivaz o maltrecho?, ¿qué historia guardará aquel bolso?...


Como me gusta ver una y otra vez está imagen, como se escapa de mi, para habitar ese pasado, un tiempo anterior que se hace presente, capturado en este espacio y en otros tantos. Imaginar, suponer, falsear, mentir, inventar, que importa lo que hagamos de esa imagen, si ya está aquí, para ser lo que sea, lo que a ti y a mi se nos venga en gana. 

2 comentarios:

Metrodoro dijo...

La música, siempre lo he escuchado, es un conjunto de sonidos y silencios. Una imagen puede verse como una pieza musical en que el silencio es más devastador porque es más evidente. Tú puedes ser para mí el silencio que completa los espacios de esa fotografía. Tú eres los tacones, y el cuerpo, y las palabras de la mujer, y su tristeza y su agonía infinita, y sus placeres también infinitos. Tú eres la historia el recuerdo de la historia, y la voz que la cuenta, y la mujer y el hombre. Silencio.

Leo dijo...

Las historias que se cuentan parten de un encuentro, del suceso, de la unión de algo, ahí acontece el principio que desde antes se ha ido formando. Ese punto surge de otros tantos y se desarrolla como historia, poblada de silencios que hablan acerca de "aquello".
Puedo ser historia y silencio, siempre que pueda contar algo.

Gracias por el comentario, un abrazo!