jueves, 11 de noviembre de 2010

La locuela



Locuela. Esta palabra, sacada de Ignacio de Loyola, designa el flujo de palabras a través del cual el sujeto argumenta incansablemente en su cabeza los efectos de una herida o las consecuencias de una conducta: forma enfática del "discursear" amoroso.


Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso.


Si alguien nos soñara juntos, nos encontraríamos. 


Marina Tsvietáieva, correspondencia.


Bajo los infortunios de la codicia, temo desear tanto aquello que me ha sido negado. Busco la mano, esa mano invisible, y encuentro sino formas viejas, sabias de luz inagotable, pero de piel desgastada, sin el calor de la bondadosa primavera. 
Busco fragancias. Piel aromática que arrastre mi cuerpo contra esos ojos dormidos. Ahí yace mi deseo distendido en sus ansias. Negando esas manos que se le entregan, y arrojando miserias al destino. No quiero perderme de nuevo, reuso hacerlo por tú nombre, dibujado apenas con pintura, sobre el grabado de aquel hombre muerto.
Golpeo furtivamente la puerta, la desgarro con mis manos que parecen cada vez más pequeñas. Apenas y puedo recordar el ritmo de tú resuello, en aquellas noches de placido goce. Quiero el abrigo de entonces. No te busco, no lo haré, tendrías que llegar solo y abrirme. Agoto mi sueño para esperar… suena el despertador con voz estruendosa. Es hora de despertar…

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