miércoles, 29 de abril de 2009

Ciudades Invivibles





Me he quedado sin fiesta de cumpleaños al parecer y esta
pandemia es cada día más inverosímil, como la realidad misma. Sin clases ni trabajo, uno queda enclaustrado en casa, pero que peor encierro que el obligado, damos vueltas a la casa. Los ánimos comienzan a ser volubles y el clima de la ciudad empeora todo. Me quedo con esa sensación de confusión, pues todo puede pasar, circula como ya se esperaba; videos sobre control del Estado en la sociedad asustada, y basta dos ojos de frente para suponer que si bien la Influenza porcina es cierta y se está manifestando siempre caben posibilidades de tratados y de negociaciones que afecten la economía y la vida de la sociedad, si el llamado Merol , que  si la introducción del ejercito americano en la lucha con el narcotráfico, etc. y un sin fin de posibles. Es así que lo que resta de la semana seguiremos en la espectativa de qué sucederá con las clases, el trabajo y el libre tránsito. Por ahora los dejo con la Nota Preliminar del Libro de Italo Calvino, Ciudades invisibles, que ya había comentado hace entradas atrás, y que hoy me parece atinado y prudente decir junto con él, Ciudades invivibles.


¿Qué es hoy la ciudad para nosotros? Creo haber escrito algo como un último

poema de amor a las ciudades, cuando es cada vez más difícil vivirlas como

ciudades. Tal vez estamos acercándonos a un momento de crisis de la vida urbana y

Las ciudades invisibles son un sueño que nace del corazón de las ciudades invivibles.

Se habla hoy con la misma insistencia tanto de la destrucción del entorno natural

como de la fragilidad de los grandes sistemas tecnológicos que pueden producir

perjuicios en cadena, paralizando metrópolis enteras. La crisis de la ciudad

demasiado grande es la otra cara de la crisis de la naturaleza. La imagen de la

“megalópolis”, la ciudad continua, uniforme, que va cubriendo el mundo, domina

también mi libro. Pero libros que profetizan catástrofes y apocalipsis hay muchos;

escribir otro sería pleonástico, y sobre todo, no se aviene a mi temperamento. Lo que

le importa a mi Marco Polo es descubrir las razones secretas que han llevado a los

hombres a vivir en las ciudades, razones que puedan valer más allá de todas las

crisis. Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de

un lenguaje; son lugares de trueque, como explican todos los libros de historia de la

economía, pero estos trueques no lo son sólo de mercancías, son también trueques de

palabras, de deseos, de recuerdos. Mi libro se abre y se cierra con las imágenes de

ciudades felices que cobran  forma y se desvanecen continuamente, escondidas en las

ciudades infelices.


Italo Calvino

3 comentarios:

Lalo dijo...

Entre noticias alarmantes de Internet, intentos por calmar a los ciudadanos por parte de las autoridades y cifras que suben y bajan como si los muertos salieran de sus tumbas y regresaran a ellas con una orden del secretario de salud, este país y pronto el mundo entero perderán lentamente la cabeza; pero ni modo el encierro algo tiene que dejarnos -o eso quiero creer- por lo pronto aprovechar para hacer la lista de pendientes es la mejor opción.
Bueno, mala suerte lo de la fiesta pero feliz cumpleaños si de algo sirve, cuídate y que tengas mucha salud.

Leo dijo...

Gracias Eduardo, pues ya habrá manera de reponer el festejo, falta sólo que esta vertiginosa Influenza nos de tregua....
Las listas no me gustan, en realidad suelo no cumplirlas e invertir mucho tiempo en su realización opte por ser cuasi-esclava del internet y darme escapadas para ver pelis y leer un poco.

Espero que tú encontraras en las listas o en otras actividades formas de consumir tu tiempo, te envío saludos!!!!

Gracias por la felicitación del cumple, esté no sucede hasta el 4 de Mayo, justo antes de que Puebla mi estado no tuviera quizá su única victoria de festejo nacional.

Lalo dijo...

Bueno (hoy si) feliz cumpleaños espero te la pases muy bien, a gusto, con tus seres queridos.
Entre malas noticias los festejos se aprecian mejor, que te invadan con regalos (no hay mucho que regalar por Internet) y que tengas, una vez más, mucha salud.