sábado, 29 de agosto de 2009

Fragmentos de historias cortas



El diario abierto sobre la mesita de la cama. Restos de café en la taza y un cigarro a medio terminó. Las aspirinas han rodado al piso. Ella duerme gloriosamente infantil, apenas un respiro asegura que vive.

Fechado el 13 de noviembre del 2008 se lee en una página del cuaderno azul:

Hoy te metí en una caja, o lo que queda de ti. Apenas te notas en la habitación, hay una muñeca que vacila en el estante. He sufrido un dolor de cabeza toda la tarde que me ha impedido ir al cine, aún así no era tan buena idea, porque no tenía compañía. Sigue siendo difícil salir sin buscar un rostro junto a mi.

Me había negado hacer limpieza, hasta hoy, recogí las fotos. Me he dado cuenta que has cambiado de lugar continuamente. Desde cajones apartados hasta debajo de la almohada. Hoy te he dejado en un rincón junto a unos, no sé que cosas y en no sé que mueble. Te has vuelto pequeño, diminuto.

El reloj marca 7:30 de la mañana, pronto habrá de sonar el despertador. Ella mueve su cuerpo con un gesto suave que aminora la tristeza de la luz...

(Mon)

2 comentarios:

Lalo dijo...

Nueva imagen? Siempre es bueno un cambio.
saludos

Anónimo dijo...

te imagino siempre, en las madrugadas, con una luz suave diluyendo recuerdos, alejando fantásmas. sabemos que es imposible, sin embargo, pasamos horas tratando de olvidar...