miércoles, 7 de octubre de 2009

El sueño, fragmento; Memorias de Adriano


Esta ocasión a falta de imaginación, el sol no me permite hilvanar ideas, les dejo la excelente reflexión que hace Marguerite Yourcenar acerca del sueño y de la edad. Dedicada esta entrada al no menos maduro de Rogelio.

... De todas las felicidades que lentamente me abandonan, el sueño es una de las más preciosas y también de las más comunes. Un hombre que duerme poco y mal, apoyado en una pila de almohadones, tiene tiempo para meditar sobre esta voluptuosidad particular. Concedo que le sueño más perfecto sigue siendo casi por necesidad un anexo del amor: reposo reflejo, reflejado en dos cuerpos. Pero lo que aquí me interesa es el misterio específico del sueño por el sueño mismo, la inevitable sumersión que noche a noche cumple osadamente el hombre desnudo, solo y desarmado, en un océano donde todo cambia, los colores y las densidades, hasta el ritmo del aliento, y donde nos encontramos con los muertos. Lo que nos tranquiliza del sueño en el sueño es que volvemos a salir de él , y que salimos inmutables, pues una interdicción extraña nos impide traer con nosotros el residuo exacto de nuestros ensueños. También nos tranquiliza el que nos cure de la fatiga, pero esa cura temporaria se cumple por el más radical de los procedimientos, el de dejar de ser. Allí, como en otras cosas, el placer y el arte consisten en abandonarse conscientemente a esa bienhechora inconsciencia, en aceptar ser, sutilmente, más débil, más pesado, más liviano y más confuso que uno mismo...

...Tan total era el eclipse, que cada vez hubiera podido encontrarme siendo otro, y me asombraba - a veces me entristecía- el estricto ajuste que de tan lejos volvía a traerme a ese estrecho reducto de humanidad que era yo mismo. ¿Qué valían esas particularidades que tanto cuentan para nosotros, si tan poco contaban para el libre durmiente, y si durante un segundo, antes de retornar descontento a la piel de Adriano, alcanzaba a saborear casi conscientemente a ese hombre vacío, a esa existencia sin pasado?
Por lo demás la enfermedad y la vejez tienen también sus prodigios, y reciben del sueño otras formas de bendición... A mi edad, un breve sopor equivale a los sueños que en otros tiempos abarcaban una semi revolución de astros; mi tiempo está medido ahora por unidades mucho más pequeñas...

...¿Qué es el insomnio sino la obstinación maníaca de nuestra inteligencia en fabricar pensamientos, razonamientos, silogismos y definiciones que le pertenezcan plenamente, qué es sino su negativa de abdicar en favor de la divina estupidez de los ojos cerrados o de la sabia locura de los ensueños?...

... Nunca me gustó mirar dormir a los seres que amaba, descansaban de mí, lo sé, y también se me escapaban. Todo hombre se avergüenza de su rostro contaminad de sueño. Cuántas veces, al levantarme temprano para estudiar o leer, ordené con mis manos las almohadas revueltas, las mantas en desorden, evidencias casi obscenas de nuestros encuentros con la nada, pruebas de que cada noche dejamos de ser...

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