lunes, 19 de octubre de 2009

La historia de mi maquina de escribir.



Estimados bloglectores (lectores a secas), haciendo un esfuerzo inusual, debido a mi dolor de cabeza intenso que he sufrido estos días, les dejo una recomendación escueta. Paul Auster escritor norteamericano, prolífico, contemporáneo del que ya muchos de ustedes conocerán; yo he leído poco de su basta obra, sin duda es ya uno de esos escritores que se ha ido consolidando; les recomiendo La invención de la soledad novela encantadora de la que ya haré la entrada pertinente. Ahora les dejo la sugerencia de la semana, La historia de mi maquina de escribir, una pequeña novela que se lee de una sola sentada. Además del disfrute que implica la obra pictorica expuesta del artista Sam Messer, que como Auster lo explica fue él culpable de esa serie de obsesivas imágenes sobre su maquina Olympia que acompañan al texto.

Disfruten la novela, es amena, sencilla, hace uso del cliché de esa añoranza por lo que nos quita día con día la sofisticada tecnología y con el plus de todo buen relato; la salvación de contar una historia vieja y repetida hasta el cansancio de una manera nueva, novedosa.

Así que quien se acerque a este pequeño libro recuerde comprar los cartuchos de su vieja maquina de escribir, si la poseen.

"Como no uso ordenador, cuando termino un libro, tengo un texto a máquina plagado de correcciones a mano. Antes de entregárselo a la editorial, lo mecanografío a gran velocidad y mientras lo hago mis dedos detectan los errores e imprecisiones que se me han escapado. Sólo entonces, por primera vez, tengo una impresión de totalidad del libro. Para mí, leer con los dedos es algo totalmente imprescindible"

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