lunes, 20 de julio de 2009

El hombre que fue jueves



...bien puede ser que, en esta noche de nubes fantásticas y de colores terribles, la tierra haya dado de si semejante monstruo: un poeta de las conveniencias.

G. H. Chesterton

Un ejemplar que no costo más de 30 pesos debido al descuento de estudiante, con un prologó exquisito de Alfonso Reyes, y un relato alucinante de misterio. Sin duda una de mis mejores lecturas en estos días, ahora mismo confío en reanudar otra de Duras, pero haberse detenido en Chesterton es un gusto, los relatos de misterio que llevan la fantasía de creer todo cuanto se diga. Me parece que hoy ese estilo del que hace uso Chesterton ha derivado en malos cuentistas que abusan de la formula; la historia que vuelca en vertiginosa e ingeniosa forma, la apuesta por hacer de esos datos insignificantes las conexiones primordiales para descubrir la verdad. La incertidumbre y esa hambre que hace que los lectores apuremos cada pagina.

Sin embargo pocos como Chesterton y algunos otros escritores logran que tal sensación se arremoline libro tras libro, historia tras historia como lo novedoso y lo infatigable.

Les recomiendo ampliamente a Gilbert Keith Chesterton, El cajón de cuentos, El poeta y los lunáticos, de la editorial Panamericana es tan agradable debido a que es un libro dirigido a niños con ilustraciones y no menos meritorio, El hombre que sabia demasiado es otro de los relatos con los que he podido disfrutar a este autor.

Hablando de autores que fascinan otra recomendación es sin duda E.T.A. Hoffmann y algunos de sus cuentos, que si bien no se mueven en el mismo orden que los de Chesterton si impera en ellos una imaginación desbordante, en uno con seres fantásticos que conviven entre nosotros, en el otro misterios de acertijos que descifrar, datos que recordar; y en ambos con ese lenguaje tan vivo como exuberante.

Y así como Alfonso Reyes diría:

“No sea, que entre mis análisis, tenga que soltar aquí y allá algunos secretos del enigma, que pongan sobre aviso al lector, y me pase así – sin desearlo- lo que a esos hombres mal educados que andan a toda hora diciendo verdades inoportunas, y ahuyentando todas las sorpresas gustosas de la vida.”

1 comentario:

wingerr dijo...

Genial en sus exageraciones y divagaciones de los personajes. Lleno de situaciones risibles, así como de suspenso y misterio,
tiene pasajes tan absurdos como "Alicia en el país de las maravillas". Diálogos elaborados e ingeniosos que rozan la filosofía.
Y un final tan extraño que no llega a impresionar, pero no le quita mérito, no desentona.
Me encantó este autor. Muy buen libro.

Saludos!