miércoles, 22 de julio de 2009

Historias de media noche

Una carta llegó el martes.
Debajo de la puerta ella encontró un sobre blanco con tan sólo su nombre en el frente. Colocó el bolso y el sobre en la mesa, fue por agua, bebió, apuro al sanitario; se tumbó en la cama cerrando los ojos, recordó que aun no habría aquella carta.

Abertura del sobre...
Minutos después escucha un disco que le regalaron, suena en el espacio la batería y un bajo con voces mudas que se se han ido apagando, hasta quedar en murmullos que se repiten en la mente.

Lee de nuevo el contenido de la carta, no lo comprende, teme que se hayan equivocado en la entrega.

....Se diría que la educo musicalmente, que había dejado vestigios tan hondamente que no se descubrieron sino mucho tiempo después y la conexión entre esos sucesos y su paso extinto en los ayeres; no se dio sino por el azar.

De cualquier manera ya no estaría ahí para darse cuenta y a modo de esfuerzo mundano, seguía como fantasma de día filtrándose en detalles impredecibles. Había penetrado por oídos, olores e imágenes; había poblado su cuerpo. Irse sería un milagro y los milagros no existen...

No había firma y ella no sabía a quien adjudicarle esas declaraciones que sin saber porque, le pertenecían. Fue a dormir ya muy tarde, y en un sueño que jamás recordó; el quién se develo y el disco sonó otra vez.
Por la mañana se tomó un café y trato de recordar sus sueños, en vano intentó, por fortuna ya sabía el quién y a que música se refería. Volvió a darle play y Nojazz elevo sus sonidos hasta perderse como siempre en sus pensamientos.

Ignoro las respuestas por que ya las sabía, adivinarlas era un juego, pronunciarlas un error.
Mon

1 comentario:

Anónimo dijo...

ya nadie escribe cartas, creo ke porke ya nadie sabe como expresarse en letras, o porke la letra escrita sea hecho letra tecleada.
ella soño ke leia una carta, porke, hay tantos remitentes que nunca resiben nada, pero sueñana con cartas...

sigue escribiendo aunke sea tecleando

GHIZ