En tiempos de "paz y de buena voluntad" dicen los comerciales de televisión y las radiodifusoras, lo dicen las revistas, y la publicidad de las calles. Una gran cena y unos cuantos abrazos, algunos se refugian en sus casas, otros viajan. No importa, la cena se planea, con invitados y todo. Aunque no todos los años sea posible cenar. Yo nunca he sido partidaria del "espíritu navideño", pero claro que me gustan los regalos y la comida, las vacaciones y las luces!!!! Es como no emocionarse en pleno carnaval, como no ir disfrazado a una fiesta temática, se pierde el chiste. Por eso me aseguro de que haya piñatas y ponche porque me encantan, dulces y chocolates. Pero para quién como yo deja esas cosas para el momento indicado y aprovecha estos ratos libres y se cuelga de internet. Encontré el cuento más corto del la lengua española. Lo escribió el mexicano Luis Felipe Lomelí:
miércoles, 23 de diciembre de 2009
El emigrante. Entre navidad y tiempo libre.
En tiempos de "paz y de buena voluntad" dicen los comerciales de televisión y las radiodifusoras, lo dicen las revistas, y la publicidad de las calles. Una gran cena y unos cuantos abrazos, algunos se refugian en sus casas, otros viajan. No importa, la cena se planea, con invitados y todo. Aunque no todos los años sea posible cenar. Yo nunca he sido partidaria del "espíritu navideño", pero claro que me gustan los regalos y la comida, las vacaciones y las luces!!!! Es como no emocionarse en pleno carnaval, como no ir disfrazado a una fiesta temática, se pierde el chiste. Por eso me aseguro de que haya piñatas y ponche porque me encantan, dulces y chocolates. Pero para quién como yo deja esas cosas para el momento indicado y aprovecha estos ratos libres y se cuelga de internet. Encontré el cuento más corto del la lengua española. Lo escribió el mexicano Luis Felipe Lomelí:
domingo, 20 de diciembre de 2009
Insomnio #3
Intento dormir, pero he distorsionando mis horarios a tal punto que sólo me meto a la cama por no recibir regaños de mi madre, la que por cierto cree que este asunto del no dormir de noche es mera decisión mía, y podría ser cierto.
Por ahora sigo con mis lecturas, un dolor de cabeza y otro en el cuello. Mientras pensaba en escribir este post miré el libro de Fadanelli, Malacara, no recuerdo haber publicado sobre el, y ya no recordaba las citas que entonces marqué. Les dejo una selección de madrugada, tres, con comentarios de sonámbula:
- Me sorprende encontrarte cuando no estaba pensando en ti - dije.
(Sorprendente pero pensé en mi último encuentro con el fantasma)
- A fin de cuentas quien puede responder con certeza si se pierde el tiempo cuando se duerme más de lo necesario.
(Justo como no sé si duermo de más o de menos, si descanso y esos sueños que se van tornando pesadillas, supongo que para enero regreso a dormir de más)
- La desgraciada cuestión es que después de haber escrito trescientas páginas de tonterías sólo deseas marcharte de ti mismo, convertirte en otro...
(A veces ni trescientas, con un par uno experimenta esa sensación)
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Banana Yoshimoto
Kitchen, un libro de tres relatos que en realidad son sólo dos, el primero creo más interesante y maduro que el segundo. Kitchen (el primero) es sin duda una novela que despierta sensaciones, que sorprende y señala un lugar olvidado para volverlo importante.
Sigo pensando en el sueño como un elemento substancial de está escritora. El sueño como una instancia que calma y paradójicamente despierta. Tan ligado a la muerte, a la sensación de perder la consciencia de no saber dónde termina y comienza aquello que soñamos. Dormimos y el cuerpo se pierde, también se pierde como con la muerte cosas. El sueño fármaco de los miedos y los pesares, fármaco que sana y enferma. Otra cuestión que me gustaría resaltar y Kitchen es la soledad, la terrible soledad de quedarse solo, aunque la misma escritora nos diga que siempre estamos solos, pero que cerramos los ojos para no verlo, para ser felices . Un relato revitalizado, intimo y dulce. Luna llena que en realidad forma parte de Kitchen une, la muerte une, o mejor dicho reúne. El duelo que en este libro parece ser el eje por el que giran los relatos; las perdidas y la muerte, la búsqueda de salir de aquella soledad en que nos condenamos cuando perdemos algo más que una cosa.
Por otro lado Moonlight shadow es un relato mas meloso, lleno de momentos tan emotivos que rallan en un romanticismo burdo. Sin embargo el relato previo ayuda a no perder las ganas de seguir con la lectura. Moonlight señala con menor maestría las sensaciones de vacío de su personajes. Entre este trabajo que es el primero en la escritura de Yoshimoto ya denota el estilo suave y ameno. Por suerte la evolución de esta escritora va afinándose.
martes, 15 de diciembre de 2009
Genet... fragmento PARA UN FUNAMBULO
Conocerás un período amargo - una especie de Infierno- y es tras este paso por el bosque oscuro que resurgirás, dueño de tu arte...
lunes, 14 de diciembre de 2009
Nota del día
domingo, 13 de diciembre de 2009
Insomnio # 2
El sueño habita otras camas, la mía se extiende en su totalidad sin señales de acogerme.
Habito letras que renacen bajo los lentes viejos. De la embriagadora felicidad, quedan pedazos que engullo enteros a riesgo de carecer hambre mañana. Ni modo de ir al super por una ración.
Dejo que la pantalla deslumbre mi rostro. Es hora de dormir y no tengo sueño...
Pregunta # 1
¿Cuántos cientos de miles, que como yo, o como otros yo diferentes, gradualmente distintos y unificados existen?
Para que cuando me pregunten ¿y tú que eres? pueda contestar la cifra de todos lo que como yo, somos. Números extraviados, tal vez un día me puedan convencer de que clase sería, a la que pertenezco, eso de ir dando tumbos por todos los lugares sintiendo la diferencia a cada paso es una patraña.
De vacaciones navideñas o de las plumas y los ojos que me acompañan.
La palabra escrita me enseño a escuchar la voz humana un poco como las grandes actitudes inmóviles de las estatuas me enseñaron a apreciar los gestos. En cambio, y posteriormente, la vida, me aclaró los libros.
Marguerite Yourcenar
La consigna de las siguientes semanas, hacer algo más que leer; escribir.
Pretensión dos, leer hasta agotar existencias del librero (tarea engañosa).
De ojos que ven, corazón que siente... Ingmar Bergman, más allá de lo que yo pueda decir acerca de este eminente director, me detendré a comentar su trabajo en Gritos y susurros, (recomendación de Jaime), film fino que narra a 4 mujeres, que las narra de forma increíble. Es eso que Ingmar lleva en sus trabajos, no sólo una propuesta visual sino una historia que muestra los recovecos y las contradicciones propias del amor, el amor fraterno. La gran tragedia familiar de amor odio, un amor odio femenino, en el que el erotismo se instala en una mujer y la muerte que la cobija como una madre lo haría. Me quedó con aquella imagen de la mujer calida, de la abundancia y la fertilidad, abrazando a momentos sugiriendo amantar a la otra mujer, frágil, enferma, delirante y muerta. Dos naturalezas que se mecen en un cuarto.
Por otro lado he seguido mis lecturas de Amos Oz y he iniciado una nueva novela de Yoshimoto Banana, en la cual comienzo a creer que esta mujer sufre tanto con el sueño como yo, y no es precisamente por no dormir. Ya iré comentado el libro que me parece formidable, pese, a que la crítica, la describe como superficial y comercial. Por ahora hasta aquí, entre reuniones, fiestas y un grato encuentro con alguien lindo. Resta poco tiempo para otras actividades.
lunes, 7 de diciembre de 2009
Insomnio # 1
Tenia los ojos limpios, radiantes, luz maravillosa que la cubría nuevamente. De aquel llanto sólo el brillo quedaba, el rostro lustrosa ventana que mecía la tristeza en sus ojos. Como el poeta que celebra cuando ella llora.
Su cuerpo se tornaba limpio. Suave se acaricio el vientre, un gesto de consolarse a sí misma. Habían tantas huellas de batallas en el, aquella cueva oscura que fue removida por viejos amores. El cabello se le enredo sobre sus pechos mansos y desnudos. Ella miraba el techo como se mira un cielo limpio y estrellado. Una mano recorre su cuerpo desde tiempos viejos, que se han olvidado contarse. Sea incorporado de su lecho, busca al sujeto de la mano, encuentra el lugar solo y frío, no lo reconoce. No logra capturar con una sola mirada el espacio entre ella y ella, no puede, siente su cuerpo hasta entonces olvidado, se refugia en el, se prende de su cuerpo como única prueba de su existencia. Se ha quedado callada y sola, suelta un quejido apagado. Llora nuevamente hasta perder la consciencia.
Cuando despierte: como en aquel fabuloso cuento de Monterroso y sus derivados, el dinosaurio ya no estará allí.
Mon...
Humor de color... azul, púrpura, gris... tonalidades, clavados en matices.