miércoles, 23 de diciembre de 2009

El emigrante. Entre navidad y tiempo libre.


En tiempos de "paz y de buena voluntad" dicen los comerciales de televisión y las radiodifusoras, lo dicen las revistas, y la publicidad de las calles. Una gran cena y unos cuantos abrazos, algunos se refugian en sus casas, otros viajan. No importa, la cena se planea, con invitados y todo. Aunque no todos los años sea posible cenar. Yo nunca he sido partidaria del "espíritu navideño", pero claro que me gustan los regalos y la comida, las vacaciones y las luces!!!! Es como no emocionarse en pleno carnaval, como no ir disfrazado a una fiesta temática, se pierde el chiste. Por eso me aseguro de que haya piñatas y ponche porque me encantan, dulces y chocolates. Pero para quién como yo deja esas cosas para el momento indicado y aprovecha estos ratos libres y se cuelga de internet. Encontré el cuento más corto del la lengua española. Lo escribió el mexicano Luis Felipe Lomelí:

-¿Olvida usted algo? -¡Ojalá!

Me sigue gustando más el del guatemalteco Augusto Monterroso y su Dinosaurio. Pero dejaré que las 20 letras de este micro-cuento resuenen un rato más... me gusta la nostalgia que sugiere.

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